El nuevo aumento fue anunciado en una hoja informativa publicada por la Casa Blanca el 15 de abril. “China se enfrenta a un arancel de hasta el 245% sobre las importaciones a Estados Unidos como resultado de sus medidas de represalia. Esto incluye un arancel recíproco del 125%, un arancel del 20% para hacer frente a la crisis del fentanilo, y aranceles de la Sección 301 sobre bienes específicos, entre el 7,5% y el 100%”.
Trump firmó además una orden ejecutiva que inicia una investigación sobre los “riesgos para la seguridad nacional” que plantea la dependencia estadounidense de minerales críticos importados y sus derivados, que podría desembocar en más aranceles “si el Presidente lo decide”.
En medio de la guerra comercial iniciada por Trump, China detuvo las exportaciones de una gama de metales y minerales de tierras raras, como el samario, el gadolinio, el terbio, el disprosio, el lutecio, el escandio y el itrio, que son cruciales para la fabricación de dispositivos tecnológicos, la industria aeroespacial y los equipos de defensa a nivel mundial.
Esta decisión marca un nuevo capítulo en la ya tensa relación comercial entre las dos potencias. La administración de Donald Trump ha mostrado una postura cada vez más dura frente a China, especialmente en lo que respecta a la protección de sectores estratégicos y la seguridad nacional.
China instó a Trump a “dejar de amenazar y chantajear”
La respuesta de China no tardó en llegar. El gobierno de Xi Jinping instó Estados Unidos a “dejar de amenazar y chantajear” después de que la Casa Blanca trasladara a Pekín la responsabilidad de iniciar una negociación para desescalar la guerra comercial entre las dos grandes economías mundiales.
“Si Estados Unidos realmente quiere resolver el asunto mediante el diálogo y la negociación, debería dejar de ejercer presión extrema, dejar de amenazar y chantajear, y hablar con China sobre la base de la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo”, argumentó el vocero del ministerio de Exteriores, Lin Jian .
“China no desea luchar, pero no tiene miedo de luchar”, reiteró Lin Jian.
El martes, la Casa Blanca trasladó a China la responsabilidad de dar el primer paso para desescalar la disputa que, según numerosos economistas, puede conducir a una recesión global.